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Tren de la Fresa

Aranjuez comienza su campaña del Tren de la Fresa, un ferrocarril histórico-turístico que cumple 30 años de existencia y arranca de forma asequible para facilitar el turismo familiar.

Su puesta en marcha es una iniciativa conjunta del Museo del Ferrocarril-Fundación de los Ferrocarriles Españoles, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Aranjuez y Patrimonio Nacional. Cuenta con el apoyo extraordinario de Renfe y su colaboración con la cesión de una locomotora diésel.

Desde 1984 con la idea de rememorar el recorrido del primer ferrocarril de la Comunidad de Madrid y el segundo de la Península, el Tren de la Fresa es fiel a su cita cada año.

Hoy el recorrido es un atractivo viaje en tren al que podemos disfrutar de la riqueza arquitectónica, artística, paisajística, cultural y gastronómica del Real Sitio de Aranjuez.

Dentro de esta experiencia de ocio y cultura que ofrece el Tren de la Fresa nos incluye entre otras, la degustación de nuestro exquisito fresón.

La inauguración del tramo de línea ferroviaria entre Madrid y Aranjuez, el 9 de febrero 1851, permitió con el impulso de un nuevo transporte, al que se comenzó a llamar Camino de Hierro o Ferrocarril, la incorporación progresiva a la era industrial a la capital de España, al Real Sitio y a las localidades de Villaverde Bajo, Getafe, Pinto, Valdemoro, Ciempozuelos y Seseña.

Las razones por las que esta primera línea que partía desde Madrid hacia Aranjuez, se deben por una parte en poner en marcha un proyecto ferroviario que enlazara la capital de España con un puerto del Mediterraneo y, por otra, el interés de unir dos residencias reales.

A finales de 1844, el empresario malagueño José de Salamanca dió el impulso definitivo  al tramo Madrid-Aranjuez, incluido en la proyectada línea hasta Alicante. Aprovechándose de su relación con la corte isabelina, de sus influencias económicas y políticas  se hizo con la concesión de la línea. Y a finales del año 1845 José de Salamanca y sus socios constituyeron la  Sociedad del Camino de Hierro, comenzando en mayo de 1846 los trabajos de construcción y llegando a reunir para sus labores hasta aproximadamente 7.000 hombres.
Por fin el 9 de febrero de 1851 se inauguró  el ferrocarril, con un recorrido entre las dos residencias reales de cuarenta y nueve kilómetros(casi 8 leguas y media)  en una hora y media.

En los servicios ferroviarios entre Madrid y Aranjuez, se establecieron cuatro clases y destinó para ello, por tanto, cuatro tipos de coches de viajeros, desde los más lujosos hasta los de cuarta clase, más modestos e incómodos.

Ya en  1980, de los cuatro coches conservados ahora por el Museo del Ferrocarril de Madrid, tres fueron restaurados en los Talleres de Explotaciones Forestales de Renfe y uno por el Servicio Militar de Ferrocarriles.

Para prestar servicio durante la campaña del Tren de la Fresa, la composición que realiza el trayecto Madrid-Aranjuez consta de los históricos cuatro coches de madera de viajeros «Costa», un furgón DV y un vagón tipo J, que fueron restaurados y adaptados para dicho servicio.

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Copia de Tren de la Fresa

(Foto cedida por Huerta Jaramillo – Agricultura Ecológica)

 

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